lunes, 25 de octubre de 2021

En torno a los concursos de altares de Yucatán

 

 


(Escrito el 19 de octubre de 2019)



En Peto, en los años 1990 y principios del 2000, hubo un "experto en tradiciones mayas" en los concursos de altares de las escuelas de esa lejana Villa sureña, era un profesor de ballet, que no hablaba ni una pizca de maya, que era dzul y se apellidaba Moguel.

El profesor Moguel, para días de los concursos de altares en las escuelas secundarias y en el bachillerato, era perseguido por todos, se volvía más importante que el presidente municipal de ese pueblo olvidado, se transformaba en una especie de iluminado, en el último chilam balam de los últimos días, en sumo sacerdote guardián de la tradición inventada de un pueblo que clamaba el show de "los concursos de altares".

Lo peor que pude haber hecho en esos años salvajes y oscuros de simple bachiller, fue participar en esos malhadados concursos de altares, invención de un turco yucateco que arraigó la fiebre de la concursadera hasta en Quintana Roo.

Los concursos de altares se volvieron mi cruz durante los años malditos del Bachillerato insufrible: nos obligaban a ser cortadores de huano, a tumbar arbolitos, y a esquilmar la poca morralla de nuestros padres para que todo salga bonito y vistoso: ¿y quién sabrá de esas tradiciones? Yo, ateo desde los 13 años, decía, "¿y a quién diablos le importa" el significado de tantos trastos y altarcitos?", "¿como me voy a vestir todo de blanco y sin zapatos, como si fuera un acasillado salido de la hacienda henequenera?"

Tenía, y sigo teniendo, la plena convicción juarista, de que las cosas de la fe no deben arrejuntarse con la ciencia y la educación laica y gratuita, pero mi juarismo siempre era acallado por una bola de fervorosos crédulos de mis condiscípulos, que con tal de no tener clases una semana, todos los días justificaban sus inasistencias a las aulas diciendo que se largaban a preparar en el monte cercano a la escuela, los materiales para su palapita express: construir 20 0 30 altares era, sin duda, un acto ecológicamente insostenible.

Ya no podemos seguir en ese tren devastador de la enana selva yucateca, sobreviviente de catástrofes y cambios climáticos.

Hoy, los concursos de altares se han vuelto parte de la "tradición inventada" por los organismos culturales educativos de la SEP y de los organismos de cultura de Yucatán. Son rituales de paso que todos los alumnos de media superior y algunos de superior han realizado a lo largo de su vida estudiantil. Hay concursos de altares en los municipios y hasta tenemos un Festival de Vida y Muerte en Xcaret, se ha convertido en un elemento más que disfruta el turista, pensando en lo auténtico del "ser mexicano".

Octavio Paz, en El laberinto de la soledad no escribió sobre los concursos de altares, pero algún maestro como el referido Moguel, tal vez hasta teorizaron sobre ello.

POSTDATA:

 

El Dr. Espadas Sosa, me apunta un comentario pertinente:



"Me atrevo a opinar: nada de concursos y premios. En el mejor de los casos Debe ser encuentro de altares. En las escuelas urbanas se podría invitar a los niños de las comunidades para que conversen con sus coetáneos sobre cómo son sus costumbres realmente.en las univ. Urbanas sólo se folkcloriza la verdadera cultura comunitaria".


Más de acuerdo no puedo estar con el Dr. Freddy Espadas Sosa, y respondo:

"Eso mismo hice hoy con mis alumnos de la materia Derechos Humanos Indígenas y Organización étnica, de la UIMQRoo: dialogamos -nuestras clases siempre son de un diálogo respetuoso y en un plano intercultural- sobre las costumbres funerarias, los mitos y las formas en que cómo las gentes de las comunidades ven los días de muertos. La conclusión fue evidente: ni en Xquerol, en Tepich, en Señor, en Uh-May, en Chunhubub, en La Pantera y en José María Morelos, las gentes de las comunidades no "concursan" sobre qué altar está más pegado a una "tradición" creada fuera de la comunidad. Reivindicamos la experiencia viva y actual de las comunidades en esos tópicas, intentamos salir del Quincunx metacrítico (como diría un profesor de la UIMQRoo)."

martes, 19 de octubre de 2021

¿De qué pib estamos hablando?: Del español que se habla en la Península de Yucatán

 Texto publicado por primera vez el 4 de noviembre de 2019





 

Pues se terminaron los días de finados, y todo este relajo de tradiciones inventadas y reinventadas hicieron que muchos estuviéramos enfrascados en disquisiciones lingüísticas sobre la manera correcta para nombrar a los “pibes”: ¿mukbilpollos, pibes o chachac waas? Lo cierto es que, como bien han establecido algunos estudiosos del habla yucateca, los préstamos lingüísticos que los hablantes del español que se habla en Yucatán hemos obtenido del maya yucateco, son una enorme deuda impagable. Si decimos pib a los tamales horneados bajo tierra, es porque esta es la norma lexical que utilizamos los hablantes autóctonos de este idioma yucateco: lo mismo podemos decir con un sinfín de mayismos que están insertos en nuestro ADN lingüístico.

Los que por cuestiones familiares, geográficas, o incluso por la castellanización ocurrida en Yucatán en la segunda mitad del siglo XX (pues hace una centuria, casi todos los yucatecos, indígenas y no indígenas, tenían como lengua franca al maya, cfr. si no la maestría mayera del patricio don Antonio Mediz Bolio, traductor del Chilam Balam de Chumayel y gran conocedor de la cultura maya) somos “nativos” de un paisaje cultural y es nuestra lengua materna el español, hablamos un muy característico y peculiar español yucateco que el Dr. Jesús Amaro Gamboa denominó como el “uayeísmo” en la cultura yucateca, la lengua de aquí, donde se ha fraguado, mestiza e híbridamente, la condición yucateca: “El yucateco será pues el que habiendo nacido en Yucatán viva inmerso, o haya vivido hasta los doce años, en la cultura de Yucatán, era esa cultura que ya no es maya ni es española u occidental”.

¿Qué somos? Un híbrido cultural y lingüístico. Un híbrido donde caben las voces papadzules, cotzitos, “dzizón”, anolar, botaxix, pero también voces caribeñas, voces del mar antillano como el escorar los libros, nahuatlismos que llegaron, arcaísmos del español que se quedaron arriba de nuestras albarradas apesgadas, maneras de “guindar” la hamaca, entre otros giros de un lenguaje que poco estuvo de ser otro si no fuera porque a partir del siglo XX, la antigua “ínsula” nuestra (¡que no península!),  circunvalada por mar y selva, y que Elmer Llanes Marín denominó “La llanura aislada”, fue comunicada con el centro del país con la llegada de los “otros” por naturaleza, los huaches. A principios del siglo XXI, la antigua lengua yucateca (no la maya, sino el español yucateco), corre hasta el peligro de desaparecer, según algunos estudiosos de este protolenguaje de uayé. Apunto un texto mío donde trabajé estas cuestiones:

 

“Jim Michnowickz, lingüista de la Universidad de Carolina, arguye que la desaparición en marcha del ‘dialecto yucateco’, es decir, del español que hablamos en Yucatán (con variantes en la región del Hondo, Chetumal, Bacalar, la Vía Corta), se debe a causas multifactoriales: ‘influye la migración masiva de personas de otros estados, el avance de nuevas tecnologías para comunicarse y mayor acceso a la educación, entre otras causas’. Michnowickz no apunta el desequilibrio producido, en el léxico cotidiano, por el turismo en regiones globales de la Península como la zona norte de Quintana Roo, empezando por Tulum. Michnowickz aboga por la revalorización del español yucateco en el sistema educativo regional, pues este más que hablar ‘aporreado’ está signado y se refiere directo a la historia regional de la Península. Por su parte, para el ameritado lingüista meridano Enrique Martín Briceño, ante el peligro de desaparición que se cierne sobre esta tan poética manera de hablar de los yucatecos, es de la idea de que no queda de otra que ‘realizar grabaciones del habla regional que puedan servir a estudiosos del presente y el futuro’, así como fomentar este ‘dialecto regional’ en medios masivos, incluirlo en temas de estudio en las escuelas, o ‘crear conciencia entre los prestadores de servicios turísticos sobre su valor…, y, con orgullo, seguir hablando como siempre lo hemos hecho’. (Gilberto Avilez. “Nativo de una patria imaginada. De los estereotipos y ‘dialectos’ yucatecos”. Arte y Cultura en Rebeldía, 26 de julio de 2016).

 

 

Mi idea de la posible desaparición del castellano yucateco, además de las atinadas variantes que apunta Michnowickz, también se debe, considero, al debilitamiento lingüístico ocurrido con el maya yucateco y el cada vez profundo desplazamiento lingüístico generacional. No es por nada el hecho de que el pionero de los estudios del lenguaje de uayé (el español yucateco), Jesús Amaro Gamboa, refiriera esto en su ensayo El uayeísmo en la cultura yucateca: “En el proceso de aculturación de las dos lenguas que nos ocupan, la maya parece haber dado todo al castellano que ahora se habla en Yucatán; sin que el castellano aportara a la lengua aborigen más que algunos monosílabos aptos para formar enunciados de clara función práctica”.

Pero Amaro Gamboa, con una penetración histórica, nos recuerda que este conocimiento de la lengua autóctona de algunos miembros conspicuos de la sociedad dominante en la Península de Yucatán (no indígenas fueron los grandes lexicógrafos del maya yucateco, Juan Pío Pérez en el siglo XIX, y Alfredo Barrera Vásquez en el XX) tenía que ver, no con una comprensión solidaria e integradora del pueblo maya, sino con un proceso de dominancia colonial:

 

“[…] a partir de la conquista, el núcleo dominante, en nombre de sus intereses de clase, se hundiría en la cultura dominada, se apropiaría de todo lo aprovechable de ello y, en primerísimo lugar de su lengua, ya directamente como los frailes ya mediante la influencia de sus criados, personeros y estratos económicos dependientes”.

 

Desde los primeros tiempos, con los frailes, pasando la colonia con los trabajos de los hombres de fe que vinieron después (Cogolludo), en el XIX y XX con la creación literaria, antropológica y política de ideas en torno a “lo maya” que ocurren desde los márgenes de la sociedad dominada, el maya ha sido penetrado en su cultura por las nuevas conquistas espirituales, etnográficas y educativas. Esto que refiero, en un anterior texto para Noticaribe, lo conceptué como el extractivismo académico de los “ku yokoltiko’ob”, los que roban la cultura, o bien, de los “ku yokoltiko’ob le pixano’, los que roban el alma, los que museografían, “etnografían” y la ponen en grandes compendios el alma de los pueblos, en lenguajes oscuros que solo ellos entienden.

Pero la respuesta del maya ante estas batallas por la dominancia, ha sido establecida desde distintos criterios de lucha, que van desde un tradicionalismo empotrado en sus relatos y fiestas populares y lengua para discurrir el mundo, hasta su adaptabilidad plena ante los nuevos contextos creados por la globalización actual y el fin del aislamiento de aquella llanura peninsular que vio Llanes Marín, y que hoy corre el peligro de convertirse en la Xcaret-ización de Mayaland. El maya, seguramente triunfó en más de un motivo a lo que estableció Amaro Gamboa: no sólo la lengua maya engendró el español yucateco, sino que el hibridismo lexical está mediatizado por una cultura permeada por elementos mayas y europeos (la cauda del cristianismo y la educación), por una gastronomía donde conviven las influencias de Europa con la indígena y el gran caribe, y por todo un compendio de fiestas y celebraciones donde lo maya hace acto de presencia hasta en los recintos más conspicuos de la cultura yucateca: la influencia mayista está en las dos plumas más importantes del siglo XX yucateco: la ceiba inmensa de Antonio Mediz Bolio y la prosa sencilla de Ermilo Abreu Gómez.

En el lado de las palabras, el español yucateco nos define en más de un sentido. Hace unos días, preparando un artículo anterior para Noticaribe sobre los días de finados, revisé cuidadosamente algunos libros que se encuentran en mi biblioteca personal del gran mayista Santiago Pacheco Cruz (1885-1970), pionero de la educación en el otrora Territorio de Quintana Roo. En un lenguaje casi cifrado, un texto sobre el “janal pixán” contiene una ringlera de vocablos mayas, que a fines del XIX era de uso común entre los hablantes, casi todos bilingües. El texto que comento está escrito en un español yucateco antiguo, un uayeísmo de nivel, plagado de mayismos. Pareciera otro idioma, es otro idioma. ¿Cuándo perdimos esa altura del idioma regional? Lo cierto es que hemos caricaturizado absurdamente el español yucateco de cara a los “fuereños”, y muchos consideran que ese vulgar protolenguaje de Dzereco y Nojoch, del "Pinole" o del "Mactá", es el lenguaje yucateco. Es falso de toda falsedad.

El problema de la crisis lexical de las nuevas generaciones de peninsulares resulta porque se pierde el conocimiento de la lengua maya en todos los sectores (no solamente los indígenas, igual los no indígenas). Cuando todos dejen de hablar el maya, o cuando todos dejen de oír el maya, el español yucateco estará dando sus últimos estertores.

 

 

Postdata: En defensa del pib nuestro

 

En un reciente video subido a las redes, el maestro José Manuel Poot Cahum -al cual admiro por su trabajo de defensor de la lengua y la cultura maya-, quebró lanzas contra algunos hablantes de la lengua yucateca (entiéndase, del español yucateco) que, al parecer, erróneamente denominamos como “pib” al tamal horneado bajo tierra. Poot Cahun, siguiendo una sola acepción de esa palabra, señaló que el pib, es en realidad el horno subterráneo donde esos tamales son guisados, y no los tamales como tal. Extrañado, me fui a los diccionarios, entendía igual que el pib tenía acepciones (cada uno de los significados de las palabras, según los contextos donde aparece): es, en efecto, un horno subterráneo, una barbacoa; pero también, siguiendo a los gramáticos de la lengua (el Diccionario Cordemex, entre otros), es el “pan de maíz de forma cuadrangular en el cual se mezclan granos de espelones, se le cuece en horno subterráneo”. O si prefieren, el “pibi wah”, que es un “pan de maíz que tiene forma de disco, grueso, en su interior se coloca carne de puerco o de gallina y puerco, la masa lleva manteca y sal; se cuece en horno subterráneo, envuelto en hojas de plátano, esta comida se hace especialmente en Todos Santos” (Diccionario Cordemex, p. 651).




Para los hablantes del español yucateco, es común utilizar más el pib, que el pibil wah o el chachac waa, de uso infrecuente para los no nativos del idioma maya. Poot Cahun también objetaba el uso del mukbilpollo: que era un pollo sepultado. Al leer a Santiago Pacheco Cruz, me pareció interesante comentar lo siguiente: este autor utiliza la palabra pib y también el mukbilpollo y el mukbilxpelon. Hay una frase que recoje Pacheco Cruz, en un diálogo acaecido en un barrio de Mérida de la década de 1940, lo siguiente:

 

"-Oye Zes, ven a meter el pib en el hoyo".

 

En “El español que se habla en Yucatán y otras anécdotas”, una página de Facebook de divulgación de la forma como hablamos los yucatecos y muchos peninsulares, no faltó la respuesta a esas críticas que se formuló contra los hablantes del español yucateco: “Para los hablantes nativos del español yucateco, el pib (escrito así, porque está en español yucateco, y no en maya) es el pib y no hay manera de cambiarlo; lo interesante está más bien en la etimología de esta palabra y cómo se da el proceso para que la palabra que en maya significa ‘horno bajo tierra’ termine significando ‘tamalote horneado que se come para Hanal Pixán’ en español yucateco. Aunque muchas palabras tengan origen en la lengua maya, se encuentran ya en nuestro sistema lingüístico y los hablantes son ley”.

Lo dicho: los hablantes somos ley, y ningún lingüista o purista radical de la lengua maya, nos va a venir a decir que nuestro pib del español yucateco, no es el pib que hoy degusté, y lo comí no en el “bix” sino en un restaurante del centro de Mérida, no pensando en muertitos, no pensando más que en la manteca sabrosa y el kool agradable a mi paladar. Dios bendiga al pib de la Península de Yucatán.


jueves, 30 de septiembre de 2021

Poema para cantarse en la selva de Quintana Roo




 Soy una selva cuanto-cuando siento

que me quieres porque te quiero,

cuando me tratas con cariño,

con amoroso cariño,

cuando siento que te importo un poco, que te importo algo,

yo florezco siempre

en las mañanas,
en las tardes

y en las tibias noches cuando estás conmigo.

Soy una selva que crece ubérrima escuchando tus palabras, oyendo tu cariño

sábado, 18 de septiembre de 2021

EL RASTRO DE TU IMAGEN CRECIENDO COMO COROLAS INCENDIADAS

Marc Chagall: "Sobrevolando la ciudad". 1918.


Buscó una metáfora para definir el amor que sentía.
Le dijo que era su mundo y por eso se fue a encontrarla recorriendo la tierra baldía de sus días y el mar enamorado de sus noches.
Buscó una metáfora y encontró el rostro agazapado de ella en la luna del tejado y en las estrellas de los charcos.
Sentía una dicha extraña de vivir a su lado para siempre,
Y al hablar de ella se convertía en un volcán coronado de escarchas eternas,
Y era como un temblor del cielo su amor por ella,
Como un huracán o un mar en calma.
Le dijo que era su mundo
Y por eso se fue a encontrarla recorriendo caminos de tierra y agua.

El bloqueo más largo en la historia de Quintana Roo, o de la estupidez de un Ayuntamiento de la zona maya

 



 

 

Nota del autor: Texto aparecido por primera vez el 21 de diciembre de 2019. Se reactualiza de inmediato con el segundo bloqueo que se hace en la misma despatarrada administración que termina, literal, de forma descabezada, encumbrándose como el ejemplo completo de la imbecilidad administrativa, sin paliativo alguno. La pregunta que este escribidor se hace, es la siguiente: ¿dónde están los liderzuelos y liderzuelas, mayas, mestizos, blanquitos, que han dicho que van a combatir la estupidez corrupta, y se yerguen como paladines de la democracia josemariamorelense? El silencio tartufo ni para criticar lo mínimo los pinta como falderos fieles con sus jefes de arriba. La única voz que ha buscado concordia, en el primer bloqueo y en este segundo, es del actual presidente electo de José María Morelos, Erik Borges Yam. Nunca en la historia política de José María Morelos, el malestar ciudadano ha sido tan recurrente en sus explosiones de digna rabia, y esto es comprensible: se viene de una crisis sistémica producida por la terrible pandemia, y encima de esto, se ve a ojos vista el lujo inmoderado de las cabezas visibles de este ayuntamiento vulgar que termina con la cola entre las patas y la cabeza cercenada y extraviada.

 

21 de diciembre de 2019.- El origen del bloqueo en un tramo de las curvas del diablo -carretera federal que comunica a José María Morelos con Chetumal y la zona norte, y que es una importante vía troncal donde se mueven no sólo personas, sino buena parte de la economía local, regional y hasta peninsular-, viene desde tiempos del viejo borgismo: en el 2013, en la presidencia de José María Morelos estaba un hombre de oposición, Domingo Flota (perredista en ese entonces, y ahora con Morena).

Borge no le envió a Flota, al final del trienio de este último, el recurso necesario para que se liquidara a los trabajadores contratados en su periodo 2011-2013; Flota, como respuesta, no los liquidó en su contrato, se los dejó como trabajadores al priísta que vendría luego, Juan Parra.

Desde esa lejana ocasión, se inició entonces una pelea legal que, agotadas todas las instancias, los trabajadores, aproximadamente 200 personas, le han ganado al Ayuntamiento de José María Morelos vez tras vez que les presentaban las maquinaciones legales y legaloides para rehusarse a pagarles lo que era de ellos: los trabajadores ganaron en el Tribunal de Conciliación, ganaron el amparo en el Tribunal Colegiado, y ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le volvieron a ganar a un Ayuntamiento imbécil que preside una señora con un grado enorme de ignorancia sin tapujos, la actual esposa de un conocido cacique de ese pueblo, ahora diputado local. De ese grado es la voracidad, el empecinamiento de un Ayuntamiento que ve los recursos públicos como si fuera parte de su patrimonio familiar.

Ya no hay más nada más que alegar, más plazos que esperar, el Ayuntamiento de José María Morelos está obligado a pagar salarios caídos y cuantimás, que, redondeados, son 48 millones de pesos a poco más de 200 personas. El 26 de diciembre es el último día para que se le notifique a ese Ayuntamiento de la Zona Maya, y este simplemente está obligado a realizar el pago sin dilación alguna. Si no lo hiciera así, si no pagara ese día, ojalá y no existan consecuencias penales a los que mal administran los destinos de este municipio, o que se les congele todas las cuentas a este Ayuntamiento peleado fuertemente con lo legal. Como última instancia, ojalá y los diputados locales vean la posibilidad de desaparecer el Ayuntamiento actual de José María Morelos, pues es un hecho a todas luces que está incurriendo en causas graves que atentan contra la paz, la estabilidad y la gobernanza de una región altamente marginada, debido a su crasa ineptitud en solucionar un conflicto gracias a su falta de pago.

Ya son seis días de bloqueo, comenzó el lunes 16 de diciembre en la madrugada. José María Morelos se cae a pedazos en su economía local por cada día más que se desprenda del almanaque de la ineptitud política local, y no hay visos de solución. Un reducido grupo de trabajadores ha puesto en jaque a todo un municipio: tiene agarrado del cogote a una clase política mendaz; su tesón, coraje y lucidez, ponen en evidencia, paladinamente, a una clase política josemariamorelense altamente corrupta, cínica y mediocre.

Los Pérez, la familia gobernante de este municipio maniatado por sus caciques, si querían seguir mamando del presupuesto con sus bellos retoños, la tienen ahora harto difícil, hay un enorme malestar ciudadano debido a su arrogancia rastrera de querer tener todo el control de un municipio. ¡Vaya!, que hasta el gobernador se cansó de ellos, y les dijo, cuando seguramente le fueron a rogarle la lana, que esto es un tema municipal, que no le compete al gobierno del estado. En otras palabras, tal vez la respuesta vino así: “es su pedo, no te voy a dar ningún pinche peso pues ustedes no han sabido administrarse desde que son municipio”.

Los trabajadores, insisto, no tienen que soltar del cogote a esta burda clase política josemariamorelense.

 

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Aforismos para el que hace la tesis

Fotografía de mi lugar de trabajo cuando hacía la tesis doctoral en Mérida, la de Yucatán. 2013.


a) Todo sirve y todo debe ir para engordar la tesis.

b) No hay lectura inocente mientras escribes la tesis.

c) Discutirás de tu tema incluso bebiendo el cubetazo en el Heladios o con Cariño.

d) Serás un cazador de bibliografías, eso te abrirá un sin fin de puertas y veredas y atajos para la tesis.

e) Disfrútala, nadie escribe nada si no está dispuesto a disfrutarla.

f) Los documentos te llevan al camino, los documentos son el camino y ellos hacen buena parte de la tesis.

g) Visitarás las bibliotecas y no te enamorarás de las bibliotecarias. (Lo mismo podemos decir para el archivo, el archivo será tu primera casa, tu lugar de trabajo, tu templo y tu refugio).

h) No descartes hacer etnografía en serio.

i) Aprende a escribir, y se aprende a escribir escribiendo todos los días. No dejes que el muñón se duerma y oxide.

j) Lee literatura, se culto porque tu única herramienta es la palabra: lee a los poetas y a los literatos, eso sirve para que tu imaginación no se seque con tanto aparato teórico y mamotretos endogámicos de homus academicus marchitus.

k) El proyecto de investigación es lo de menos, no es la tesis. Tampoco te quite el sueño el aparato teórico e histórico. Recuerda que esto responde a dos preguntas: ¿cómo abordar una problemática, una región o una temática, y qué han dicho otros antes de mí de este tema que voy conociendo? Recuerda que nada nuevo hay bajo el sol, es cuestión que seas un poco curioso o curiosa.

l) ¿Te da miedo que tu lector no te entienda? Recuerda, tú eres el experto, no tu pinche director de tesis. (Ojalá y que no lea este inciso mi ex director de tesis).

m) Cada capítulo es un tema con subtemas: conjunta textos que hablen de cada capítulo y subcapítulo y ponte a escribirlos.

n) Todo te puede servir para la tesis, aunque no toque tu tema de forma directa, concéntrate, todo lo que vas a leer desde ahora es con referencia a la tesis, la tesis es como una boa hambrienta que necesita alimentarse todos los días, se alimenta solo de tus lecturas. La tesis es cosa de todos los días, si no lo haces una vez, se interrumpe la inspiración y entras en un proceso de desamor. Escribir es estar enamorado, necesitas estar en esa tónica, en ese carril idóneo, para acabarla pronto.

viernes, 20 de agosto de 2021

Entre fatwas y fetuas: el caso de Brenda Lozano y la 4t torquemadezca

 



 

El caso de Brenda Lozano no es un regreso de cuarenta años al presidencialismo que no acepta la mínima crítica posible, sino un nuevo comienzo de algo más grotesco, de una especie de regreso colonial del patíbulo público de la santa inquisición para enjuiciar a los disidentes o apóstatas al dogma del poder actual: es el comienzo del Jomeini tropical. A Brenda la cesaron antes de tiempo no por un artículo, menos por un ensayo de alto calado, o una novela contra el régimen actual, la joven escritora ha sido señalada directamente por la mano fulmínea del Tlatoani por cosa menos que nada. ¿Y cuál fue su culpa? Publicar dos o tres tuiters en contra del tlatoani, tuiters que eran memes, chacotas y burlas nimias. A Brenda no le vieron sus dotes de escritora y novelista, tampoco su empuje en la nueva narrativa mexicana. En el gobierno priísta de hace unos años, en las embajadas había escritores que escribían durísimo contra el sistema, que analizaban con profundidad esos años, pero que tenían libertad para hacerlo. Ahora, en este nuevo gobierno supuestamente de izquierda, se salta épocas atrás, casi eras geológicas para complacer al Ayatola tropical. Ahí tienen ustedes a los adictos a la 4t señalando que los panistas se parecen a los talibanes. Eso es mentira, cada vez es más evidente el totalitarismo tropical: el que disiente es un nostálgico del pasado, un defensor del neoliberalismo, un desclasado y fifí. El caso de Brenda Lozano no es cosa para dejarlo pasar así solamente, pues tiene aristas profundas de un gobierno de ayatolas y que pronto estará haciendo fatwas y fetuas, bordeando cada vez más el totalitarismo más obtuso.

viernes, 6 de agosto de 2021

El “Chakmeexismo” se pinta de guinda en Felipe Carrillo Puerto

 



 

“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Lampedusa.

 

Como “el Vargas” de La Ley de Herodes y de La Dictadura Perfecta, el Vargas de Carrillo Puerto, el famoso José Esquivel Vargas, “Chak Meex”, recientemente, en sus redes sociales rezume tranquilidad, buena digestión y optimismo a lo Vargas, a pesar de que su gobierno municipal, considerado el más corrupto en décadas, cuenta con un déficit pantagruélico en las finanzas, de que naufraga hacia el encallamiento de la nómina, y aún a pesar de no haberse reelegido, y que su partido, lo que queda del “gobierno del cambio” en Quintana Roo, entrega con parsimonia la estafeta del gobierno municipal de Carrillo Puerto, por primera vez, al partido Morena. Un partido Morena, hay que decir,  que sufre de mimetismo con cruza del más fiero pragmatismo camaleónico en Carrillo Puerto y en casi todo Quintana Roo.

El Vargas de Carrillo Puerto, que lo mismo envía a Dubái a su prole, o contrata una pollería para obra pública, nos manda doctas filosofías desde sus redes sociales para mirar por encima a toda adversidad postcovidiana: “Todos nuestros sueños pueden volverse realidad si tenemos el coraje de perseguirlos”. ¡Qué fantástico lugar común donde abrevan estos personajes de la más obtusa clase política quintanarroense! Pero esa filosofía es aparente, porque su verdadera vocación y ética pública, todo carrilloportense lo sabe de sobra: “Hija, cuando lleguemos al poder estará el bisne”, no se cansaba de repetir hace tres años a sus incondicionales que lo secundaron hacia la presidencia de Carrillo Puerto. Y claro que ahí estaba el, bisne, el bistecazo, el corte fino de la ganga, pues el Chak Meex, desde que llegó al poder demostró su glotonería del presupuesto que jineteaba como nuevo rico, dedicando a llenarse los bolsillos y repartiendo las dádivas, canonjías y prebendas a la pandilla de sus incondicionales. Su administración se ha caracterizado por no pagar en tiempo y forma a los simples trabajadores del ayuntamiento de Carrillo Puerto. Por otro lado, y algo que no se puede ocultar, es su evidente enriquecimiento. Las voces que circulan en Carrillo Puerto, y en el Instagram de sus vástagos, hablan de una “Esquivel Beach House” en las playas límpidas de Mahahual, que sirve de esparcimiento familiar. Recientemente, y debido al jineteo y los malos manejos de la administración Chacmeexista, el SAT embargó 40 cuentas bancarias al Ayuntamiento de Carrillo Puerto, dejando en la congeladora 41.5 millones de pesos que fácil hubieran servido para pagar la nómina de los trabajadores.

Y ayer precisamente, el aún presidente municipal de Carrillo Puerto, recibió a la que será su sucesora, la morenista Mary Hernández Solís, en su oficina del Palacio Municipal de Carrillo Puerto. Inmediatamente, tres fotos aparecieron en las redes oficiales del presidente en funciones, aunque luego se bajaría una donde con claridad se ve la más que empatía, amistad y entendimiento que unen al presidente saliente con la presidenta entrante. Mary Hernández hacía entrega del documento de solicitud para el inicio de la entrega recepción. Para el Vargas fue un placer ser anfitrión de Hernández Solís, y ésta, cuestionada a su salida de la reunión con el presidente saliente, dio una respuesta rápida, y, a mi parecer, muy ambigua, poco contundente a lo que los carrilloportenses reclaman contra el gobierno “chacmeexista”: justicia, auditorías totales y transparentes, desmarque radical del nuevo gobierno municipal de la sombra ominosa de todo lo que supura “chacmeexismo”. Se restringió a decir que no habría “tapaderas” “ni alianzas políticas durante el proceso de transición”, y que su gobierno sería “un gobierno responsable” (es decir, lo que siempre dijo durante sus multitudinarios mítines covitosos), para acto seguido tomarse la foto con varios adictos y lustra botas que tal vez le herede, como aviadores de librea, el señor Vargas.

Si Mary Hernández decía que no habría alianzas con “el pasado”, o como asegurara el 18 de mayo pasado, en el debate del IEQROO donde participó, que gobernará “sin pacto con los corruptos y contra los delincuentes” porque está de la mano del “pueblo”; en el cotarro carrilloportense, en los análisis cafeteros a plena vía pública, y en las “benditas redes sociales”, había indicios de lo contrario: desde marzo de este año, los carrilloportenses hablaban de las reuniones que sostenían Chak Meex y otro ex presidente municipal, el borgista Gabriel Carballo, con la morenista Mary Hernández. ¿Era Mary Hernández la candidata del Chac Meex y Carballo?, o bien, ¿Mary Hernández se sirvió de estos diplodocus de la era terciaria para el gane a como diera lugar?, ¿y la anuencia de este posible pacto venía también de más lejos, de una más que hipotética alianza panista-morenista estatal para el control de Quintana Roo del gobierno federal?, ¿en verdad había caído en desgracia de la 22 de enero el Vargas de Carrillo Puerto, o el pacto ya estaba coordinado en las esferas más altas del país?

Los indicios de un aparente pacto fueron más claros a lo largo de la campaña, donde las ostentosas, multitudinarias y reiteradas muestras de músculo político de la candidata morenista, eran de un franco contraste a lo que predica la austeridad republicana de la 4T: autos de lujos, llenos totales en canchas y domos, acarreos a pesar de la contingencia sanitaria, plumas adictas escribiendo y dando “me gusta” a todo, redes sociales a rebosar con la imagen de la candidata guinda, que al final barrería con Perera Maldonado que, por supuesto, en su contra jugó también no solo el hecho de que la habían dejado sola las estructuras priístas que se les escurrían al puesto de enfrente, sino la marca morena en ascenso y la marca priista en el infierno.

Otro indicio que podemos señalar, es el dicho de que “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”: es un hecho que el Vargas de Carrillo no apoyaría, ni por mandato divino, a la que le hizo sudar la gota gorda tres años atrás, Paoly Perera, y más cuando a Chak Meex le habían quitado esa candidatura que ya veía suya por la única opositora que tuvo a lo largo de su gobierno municipal: Paoly Perera. ¿Quién en su sano juicio apoyaría a la piedrota en el zapato?

Los indicios de que, efectivamente, había padrinos (no solo municipales, también estatales y federales, y aquí entra en juego el apellido de Marín Mollinedo) para que Maricarmen Hernández ganara con 19,537 votos (el 55.91% de los emitidos), es decir, sacándole una ventaja indiscutible de casi veinte puntos a Paoly Perera; se dieron en menos de diez días: los primeros indicios se dieron en el debate del 18 de mayo de 2021, y los otros, con más contundencia, en una fiesta donde Hernández acudiría a fines de ese mes. Abordémoslo en orden.

En el debate, visto con calma casi tres meses después, podemos abstraernos de lo que primeramente nos llama la atención: el distractor de la pugna, es decir, los dimes y diretes entre Hernández y Perera, y las anécdotas vivenciales que contaba el otro candidato. No hay mucho que analizar en el discurso acartonado de ninguna de las candidatas, pero sí decir lo siguiente: que mientras Paoly Perera, en teoría, siendo la candidata oficial del gobierno municipal de Carrillo Puerto, se pasó la hora fustigando al Chak Meex y comentando los padrinazgos de Hernández. Hernández se refirió solo en dos ocasiones del “PRIAN”, y nunca confrontó, en ese debate, el pésimo gobierno chacmeexista, es más, ni siquiera dijo el nombre de Chak Meex, era como si no conociera o no tuviera más ojos para hablar en contra, sí, pero del trienio de Perera. Perera sostuvo, por el contrario, que la candidata de Morena nunca fue oposición verdadera al gobierno Chacmeexista, y dijo algo que la propia Hernández nunca desmintió, al contrario, aceptó tácitamente la cantidad de dinero que ganaba y que Perera le recordó. Transcribo esta parte del debate del 18 de mayo pasado:

 

Paoly Perera.- “Candidata Maricarmen, hablas de cero corrupción, ¿por qué siempre levantaste las manos a favor de las decisiones del mal gobierno de Chak Meex, donde fuiste regidora en funciones?” [Saca un documento Perera, al parecer, la nómina donde consta el sueldo de la candidata guinda como regidora, y prosigue en su argumentación]. “Bueno, sí lo sé: ¡aquí está tu sueldo de 123 mil pesos en este gobierno! Si eres congruente con los principios de la 4T, hay un lema que dice que no puede haber gobierno rico mientras el pueblo pobre. Debiste haberte bajo tu sueldo y las regalías que recibiste a favor de esas aprobaciones que hiciste y que nunca denunciaste”.

 

Perera insistió en hablar de los “padrinos” que financiaban la campaña de Hernández, como “Gabriel Carballo y Rafael Chacón”. La candidata morenista, sin negar el sueldazo que recibía y, sin querer, dándole doblemente la razón a los argumentos de Perera (es decir, de no alzar la voz y ganar la friolera precitada), se atrincheró en el lugar común: “Tampoco alzaste la voz. Mi único padrino es el pueblo de Carrillo Puerto”. Paoly contra argumentaba: “La única opositora al Chak Meex he sido yo”. Y aquí entraba el demonio del lenguaje para el que sepa leer el mensaje:

Mary Hernández.- “Mi sueldo lo decide el Ejecutivo municipal [es decir, Chak Meex] y mi gente puede estar segura que yo he dado cada uno de ese peso para recurso y apoyo de cada uno de ustedes…”

 

El último indicio de que, efectivamente, el Chakmeexismo pactó su salida y, por qué no, su camaleonismo hacia las nuevas aguas de Morena tropical, se dio diez días posteriores al debate. Para celebrar el santo de su señora madre, el presidente municipal de Carrillo Puerto  hizo una fiesta en grande, importándole poco el covid. A esa fiesta acudiría la que ya se perfilaba como segura ganadora de una elección que, al menos en Carrillo Puerto, tenía todos los indicios de que había sido una elección de estado. En algunos portales periodísticos de Carrillo Puerto, la noticia de esa reunión fue ampliamente comentada, pero al final de una campaña donde se vio el camaleonismo, el pragmatismo y los olores mefíticos que impregnaban a algunos candidatos de Morena Quintana Roo, no tuvo mayor trascendencia entre un electorado que le importa, al parecer, muy poco los puritanismos políticos. Pero hay un video que ponemos a disposición del público de Noticaribe Peninsular, donde se hace constar la más que estupenda relación entre el presidente saliente y la presidenta entrante de Carrillo Puerto. Por eso podemos decir, que no esperen gran cosa, porque el Chakmeexismo se pinta de guinda. Es decir, “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.

 





 

miércoles, 12 de mayo de 2021

La Zona Maya de Quintana Roo: entre carencias, esperanzas y demás




En la configuración territorial y espacial del estado de Quintana Roo es evidente que existen asintonías, traslapes y desajustes en cuanto al desarrollo social, económico, cultural y político de la población, en las tres zonas en que desde la cartografía (turística) del poder se ha divido al estado. En este caso, refiramos nuevamente las carencias que en materia de salud han salido a flote con la pandemia de Covid-19 que ya va para más de un año, y que en estos meses hemos estado casi seguido en cifras de preocupación desde el primer momento, pues actualmente, en estos principios de mayo de 2020, Quintana Roo, junto con Chihuahua y Tabasco son los tres estados de la república en focos rojos en el Semáforo Epidemiológico a nivel federal; tres estados de la república donde está complicado el coronavirus pero tal parece que, en pleno tramo final de las elecciones a diputados federales y presidencias municipales, a la clase política quintanarroense le importa un bledo si sigue o no activa la corona de ese virus. 

A más de un año del inicio de la pandemia, tal vez el discurso de disuasión contra el coronavirus, ha dado todo lo que pudo dar, se ve laxo y sin fuerza ante una clase política ensimismada en su poder y una ciudadanía que simplemente necesita seguir en una “normalidad” postcovid: si no lo veo, si no hablo de los muertos cotidianos en los infografías tuiteras estatales para los municipios, si no establezco cifras precisas para cada municipio y doy números totales solamente, si tengo dos marcajes de corrección y disciplina sanitaria para el simple ciudadano y le doy todos los beneficios al turista springbreakero que recorre las arenas blancas del Caribe mexicano y las fiestas orgiásticas en los antros de Tulum; o peor todavía, si la misma ciudadanía se comporta como covidiota, deja de salir a la calle sin cubrebocas, atiborramos los camiones y concurrimos a las playas. Si al foco naranja ya nadie le hace caso a pesar de que hoy 9 de mayo Quintana Roo superó los 124,200 casos positivos a Covid-19, si nos vale lo que diga López Gatell (¿quién sigue aún hoy en día el informe diario del coronavirus?) y pensamos en los beneficios universales y conclusivos de las vacunas (ya vacunaron a los viejos, ahora vienen los cincuentones, y pronto los maestros, hay esperanza, grita la muchachada), o creemos que al fin estamos alcanzando la inmunidad de rebaño, entonces no hay más que hablar del coronavirus: ¡al diablo el coronavirus!, pues es una pandemia que ha perdido, al parecer, el rating en estos tiempos líquidos y evanescentes, que ha entrado en la obsolescencia y que ya es hasta aburrido fincarle dos párrafos más al tema. Jubilemos, pues, al coronavirus y que la muerte decida. 

Pero, a pesar de esta obsolescencia discursiva y ciudadana por el coronavirus-19, no podemos dejar de insistir que urge repensar no solamente la economía turística de Quintana Roo, sino  insistir en que el estado federal, regional y municipal, deben crear mayores mecanismos de salud en cuanto a cobertura e infraestructura en las zonas más marginadas del estado, deben posibilitar un crecimiento de los recursos humanos en el sector salud, para que las regiones históricamente olvidadas en materia de salud (pienso en el “traspaís” de la zona turística, que es la zona maya), tengan la posibilidad de que este su derecho humano universal, establecido en el artículo 4 de la Constitución, al fin se dé en la práctica y que salga del discurso estadístico, los informes manidos de secretarios y los “papers” de la academia bostezante. 

Entiendo a la perfección las ideas de la “salud intercultural”, en cuanto a que las comunidades indígenas tienen un enorme reservorio de conocimientos ancestrales para curarse. De hecho, en varias ocasiones me han comentado que, en los estragos de la pandemia, cuyo pico en José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto ocurrió entre julio y agosto de 2020, mucha gente de escasos recursos y de las comunidades no acudió al “hospital integral” que se encuentra en la cabecera municipal, sino que, desde sus casas, con remedios caseros, hojas, hierbas, sortearon la enfermedad. No obstante, incurriría en una deshonestidad intelectual si no refiero que no podemos aceptar la idea de que los pobres y las clases olvidadas y explotadas es preferible que se curen según “sus remedios”, para que el estado no se obligue en llevar los servicios de salud requeridos, con médicos y especialistas, con facilidad de que las comunidades se conecten en una red dentrítica y esta hacia una mayor cobertura, y con las conquistas tecnológicas que en materia de salud se ha conseguido. 

En ese sentido, las cifras y las condiciones en que algunos hospitales “integrales” de la zona maya se encuentran laborando son más que evidentes que se encuentran en focos rojos, con infraestructura deficitaria, tanto material como en recursos humanos. Hace unos meses, desde la prensa local se reportó que, de las 64 comunidades con que cuenta José María Morelos, solo en 19 había clínica rural, y estas a veces se quedan sin médicos no sólo los fines de semana, por no decir que sin medicinas. Leyendo el Diagnóstico de la Situación de los Servicios de Salud del estado de Quintana Roo, de 2018, nos llama la atención que, prácticamente, el Hospital Integral del municipio de José María Morelos no alcanza bien a bien ser siquiera un hospital de segundo nivel: es un cascarón que, cuando inició la pandemia, contaba con el mismo material material médico e infraestructura desde que inició labores décadas atrás. Esperemos que les hayan dado mantenimiento en esta terrible situación de pandemia.





En ese sentido, hay que precisar que los servicios de Salud, en cuanto a la infraestructura, corresponden al ámbito estatal, no municipal. Los presidentes municipales en turno, se restringen a realizar una buena gestión para que los gobiernos regionales tomen en cuenta al municipio para esto, pero tal parece que, desde 20 años a esta parte, si no es que más, los gobiernos estatales han dejado en el olvido a esta zona maya. Prácticamente podemos decir que, José María Morelos ha estado abandonado por los gobiernos estatales si de salud se trata, y la pandemia por supuesto que evidenció esta “singularidad”.

Y en lo que va del proceso electoral, al menos dos candidatos en Quintana Roo, uno de la zona maya y otro de Tulum, Marciano Dzul y Erik Borges Yam, ambos de Morena, han anunciado que, en caso de llegar al poder, gestionarán la construcción de hospitales de segundo nivel en sus municipios. Borges Yam, al respecto, ha asentado esta propuesta de trabajo:


“El sector salud de nuestro municipio se ha mantenido tal y como está, desde hace 40 años, y no se le han hecho mejoras ni en infraestructura ni en mobiliario. Esta condición nos tiene en situación de vulnerabilidad a todos nosotros los mayas, ya que nos tenemos que trasladar al hospital de Felipe Carrillo Puerto que está a 80 km, si ahí no nos atienden nos mandan a Chetumal, que está a 200 km; de no poder ser atendidos ahí, nos envían a Playa de Carmen que está a 250 km o Cancún 320 km. Un recorrido en el que hemos perdido a seres queridos y hermanos mayas. El sector salud olvidado por los gobiernos corruptos del pasado. La insensibilidad del gobierno estatal y la ineptitud e incapacidad de gestión de los gobiernos municipales han dado al traste con los servicios de salud en el municipio, que en estos momentos se encuentra en quiebra. Sin medicamentos, sin mobiliario ni instrumentación suficiente, sin camas, sin personal suficiente para dos turnos. El centro de salud de José María Morelos, fue construido a modo de parches según fue pasando el tiempo. Con centros de salud en los que no hay médicos ni enfermeros o enfermeras, declaramos en colapso total el sector salud de nuestro municipio, somos más de 36 mil mayas que habitamos aquí y tal vez por eso no nos quieren atender”.


Esto, en otros tiempos que no sea el de esta realidad pandémica, hubiera sido entendida como si de un discurso más se tratara. Pero actualmente es una cruenta realidad que necesita ser modificada. La terrible pandemia de Covid nos ha enseñado bastante que municipios como los de la zona maya, o incluso Tulum, no pueden depender en exclusiva de los hospitales de Chetumal y la zona norte por sus enormes distancias, y es de urgente necesidad que se descentralice –en el entendido de que se construyan y se dé la infraestructura material y humana necesaria a dos hospitales de segundo nivel en sendos municipios- los servicios de salud; y por eso las propuestas de estos dos candidatos, en materia de salud, se toma con beneplácito y esperanza. Ojalá y se concreticen, esperemos que sí.

Tal vez, en esta cuestión puede entrar la idea de crear un hospital de Tercer nivel (creo que en Quintana Roo, solamente el Jesús Kumate, de Cancún, cuenta con ese nivel) que eslabone buena parte de la zona norte, la zona maya y hasta el sur, y este hospital estaría en la cabecera del municipio de Felipe Carrillo por ser región central que conjunta tanto a José María Morelos y Tulum en cuanto a las distancias, que son casi iguales. Hace unos meses platiqué al respecto con una investigadora sobre esto: surgió la idea de que urge un hospital o varios hospitales de segundo y tercer nivel en municipios como José María Morelos, o bien, uno de Tercer Nivel en Carrillo Puerto. Creo que la idea no es errada, no es fantástica, los recursos que genera el turismo dan para eso y más. 


domingo, 25 de abril de 2021

Relato de mi ex-relación con el tabaco




Comencé a fumar a los 13 años sin objetivo alguno, sin poses verracas y estupideces aldeanas. Fumé porque me interesó ese olor, mi olfato era sumamente sutil, ya no tanto. Fumé Raleigh, Alas, Tigres, después puro malboro rojo y delicados, también aprendí a liar cigarros artesanales, de esas matas de tabaco que crecían silvestres en las casas y que, ahora lo sé, se siembra para espantar a las culebras; fumaba de vez en vez, a trechos largos, a veces para alejar a los moscos cuando me iba de excursión en las selvas de Quintana Roo, o para que la barba amarilla no oliera mi presencia, nunca fui fumador empedernido salvo en algunos tramos de mi vida en que escribía la historia universal de un pueblo al sur de Yucatán de cuyo nombre no quiero acordarme: llegué a fumar dos cajetillas al día para que la máquina de teclear no se detuviera. Cuando nació Valentina lo fui dejando poco a poco hasta que un día desapareció ese impulso por la nicotina, las mujeres, en este caso, mi hija, ejercen en mí el poder de cambiar hábitos y querencias. Desde luego, no soy como esos típicos ex fumadores marchitos, que odian con perritud de imbéciles a los que fuman todavía en tiempos del Covid-19. El tabaco es un producto cultural, lo respeto y me interesa esa historia. Pero, por ahora, mi taza de café alimenta mi espíritu por las mañanas, y no hay necesidad de mezclar la cafeína.

sábado, 27 de febrero de 2021

Nikolai Grube y sus amigos yucatecos




Mi amigo, tocayo y colega, el historiador umanense Gilberto Uitz Pech, me comparte esta foto sumamente conmovedora, de aquellos años de formación profesional de dos amigos míos, antropólogos yucatecos. Es una fotografía del 19 de agosto de 1984, donde aparecen los, para ese entonces estudiantes de antropología en su rama de historia: José Gómez, Juan Ariel Castillo Cocom y Gilberto Uitz. Estaban acompañados por dos alumnos extranjeros de arqueología, Nikolai Grube y la inglesa Elizabeth Free. La foto fue tomada en la zona arqueológica de Hotzuc, del municipio de Umán. 
En aquellos días, transcurría en la Facultad de Antropología de la UADY, el Encuentro Internacional de Mayistas en las últimas semanas de agosto de 1984, donde un joven epigrafista, alumno todavía de arqueología de la Universidad de Hamburgo, sumamente dotado para la escritura de los jeroglíficos mayas, dio una ponencia de sus hallazgos, lecturas y reflexiones sobre la larga historia maya, que ha hechizado y arrobado a los hombres y mujeres más eruditos de la vieja Europa, desde el primer contacto entre las dos otredades, hace quinientos años. 
En ese momento tan íntimo, de amigos y cuates que gracias a la gentileza del maestro Gilberto Uitz podemos participar en el recuerdo que comparte, está cifrado esa escuela antropológica peninsular que es generosa con el mundo, que labra amistades y comparte intereses por la fascinante historia maya. Grube, amigo entrañable del maestro Gilberto Uitz y del doctor Castillo Cocom, con el tiempo se convertiría, como hemos dicho recientemente, en el incuestionable maestro de la Escuela Alemana de Mayistas.


jueves, 25 de febrero de 2021

Los perros de Washington







[De un poemario inédito mío, va este poema que escribí hace más de 15 años, y lo publico al saber que, en menos de un mes de haber tomado el control de la Casa Blanca, Joe Biden, un halconazo hasta las heces, ha dado la anuencia para bombardear al pueblo en resistencia de Siria]


Dicta la noche luceros, 
crepitaciones de antaño.
Días soleados como espalda de muchacha estival.
Dicta, impasible, rostros intangibles de las personas que yo más quiero.
Salutación al día frío de mi pueblo en la mañana invernal,
salutación al compatriota vestido con los harapos de su vida, 
salutación al son de mi pueblo asido a mí,
a mi memoria vespertina.
La desnuda luna de Chetumal sonríe acatarrada.
Hay pájaros de niebla en la mirada del mundo.
Tanques, soldados sin prepucio que fuman, blasfeman
y tiran guijarros balísticos a los niños palestinos.
¿De cuando acá un hombre, una mujer o su hijo
se cinchan la barriga con tres kilogramos de explosivos
y se hacen explotar en una plaza o centro comercial
con el fin único de liberarse de la cárcel de su hermano?
Se odian porque son del mismo padre,
raza peleonera los hijos de Abraham.




Los perros de Washington ladran al Mesías
que ha nacido ya con hambre capitalista
y que ocupa el trono blanco de Herodes Antipas,
la mitra del papa onanista
y las cadenas Tiffany del barrabás oligarca.
Los perros de Washington, amigos míos,
no saben que la luna no es pista aeronáutica 
sino un sueño islámico hondamente sentido.
Los perros de Washington olvidan todo,
su virtud es desdeñar el rostro de los otros.
Preguntaréis: “¿Y donde estás, oh justicia divina?”
Pero nadie os responderá.
En los pasillos del cielo
sólo el vacío de un dios
comparte esperanzas
con la negra noche
de todos los tiempos
de un tiempo olvidado.

jueves, 28 de enero de 2021

Pecios y aforismos de los días





No existe eso de "patria grande" o "Nuestra América". Esas frases absurdas son invenciones literarias, hueras y faltas de contenido histórico. Existen solamente patrias chicas, o como me gusta decir, matrias, archipiélagos de matrias. Aunque es cierto que uno pueda tener varias de esas matrias. (28 de enero de 2014).

No quiero pertenecer a ningún club del ombligo: en un club del ombligo, la cosa sucede así: yo me miro el ombligo, y luego te lo miro, y así al infinito y más allá. (28 de enero de 2012).

Algún día escribiré un libro cuyo título pretende la objetividad: "La Revolución prostituida: Historia sentimental de la infamia priísta" (28 de enero de 2012).




¿QUIÉNES QUEDAN?

¿Quienes quedan? No sólo Eduardo Lizalde o Hugo Gutiérrez Vega. Hay un chiapaneco que escribe la mejor poesía de la selva: Efraín Bartolomé. Y hay un yucateco que es capaz de jugar con el lenguaje de arcilla: Raúl Cáceres Carenzo. Y hay dos chetumaleños que, sin duda, son las caras opuestas aunque complementarias de la peninsularidad: Javier España Novelo y Juan Domingo Argüelles
Hace un tiempo ya, la revista Letras libres realizó una encuesta sobre quiénes eran los diez mejores poetas mexicanos vivos, y sus resultados fueron los siguientes:

1 José Emilio Pacheco
2 Eduardo Lizalde
3 Alí Chumacero
4 Gabriel Zaid
5 Rubén Bonifaz Nuño
6 David Huerta
7 Ramón Xirau
8 Francisco Hernández
9 Homero Aridjis
10 Coral Bracho.

Estos resultados los comparto: Eduardo Lizalde siempre ha sido uno de mis poetas de cabecera, y con Chumacero aprendí a disfrutar el sonido y el son de las palabras. Zaid y Bonifaz Nuño, ni se diga, pero puedo discutir que Huerta entre ahí, o que Hernández sea mejor poeta que Domingo Argüelles. (28 de enero de 2014).


En las universidades no les enseñan a pensar, les enseñan a recitar teorías que a veces hasta ni comprenden porque, but of course, ¿qué se puede esperar de la masificación de la universidad, o de niveles de lectura peor que los de los países bananeros? Me parece que el problema radica en la forma como se lee: se lee mal, se lee pésimo, se digiere horrible. En fin, hace falta, y mucha, enseñar a digerir buenas piezas de ganado lectural, cortes fines de lectura exigente. Y a propósito de Pacheco, tengo un recorte de prensa donde Pacheco decía que salvemos a los jóvenes por medio de la lectura, etc, etc, etc.... (28 de enero de 2014).


EL TURISMO EN EL CARIBE COMO RESPUESTA A LA REVOLUCIÓN CUBANA

En un libro reciente de Dachary y Arnaiz, estos apuntan:

“La Revolución Cubana es el gran parteaguas en el Caribe y en América en general, ya que llevará la guerra fría hasta esta región y el turismo deberá jugar un papel importante como mecanismo de desarrollo para evitar la extensión de las ideas que ésta promovía, como una gran reivindicación de los pueblos oprimidos y colonizados”.

Para esas fechas posteriores a la Revolución Cubana, el turismo comenzó a despuntar en los discursos del poder. En los discursos de los gobernadores del Territorio de Quintana Roo, fue una constante, pero habría que hacer la distinción necesaria: los últimos gobernadores del Territorio no veían al turismo como economía hegemónica para la región, sino que habían cartografiado el estado para buscar salidas diversas a lo que en ese entonces ya era el problema de la debacle de las industrias agroforestales en el estado. No querían, leo entre líneas, seguir con otra economía de enclave, en este caso, turístico, un turismo, habría que decir, tan desigual por donde se mire para la economía regional. (28 de enero de 2019).

Un único consejo que doy: nunca sea un succiona pollas, y menos de un poligrillo del caribe mexicano. Respete el gremio académico. (28 de enero de 2019).


Los motivos de Raimundo Chi: "Solo la guerra purificaría todas las injusticias que los blancos han cometido contra nuestro pueblo"

Si Tzucacab fue el pueblo de la firma de aquel tratado, en Peto la cosa se recompuso. Días después de que el Cura Vela y Pat lo suscribieran...

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