jueves, 3 de febrero de 2022

El primero en levantarse en armas fue Gabriel Tepepa



El primero en levantarse en contra del gobierno porfiriano fue Gabriel Tepepa, "un viejo cabrón de Tlaquiltenango", quien en su juventud luchó en contra de los franceses en la famosa batalla del cinco de mayo, y también participó en 1877 en las filas de Porfirio Díaz cuando la Revolución de Tuxtepec. En 1911, fiel al llamado de su pueblo, el viejo abuelo, con todos los años a cuestas, se puso nuevamente la adarga, veló armas y, como un Quijote frisando siete décadas de vida digna y revolucionaria, se fue a la guerra comandando de nuevo a jóvenes labriegos de su pueblo que fácilmente pudieron haber sido sus nietos. Era el General Don Gabriel, "el impaciente que encendió la mecha" de la revolución en el sur (la frase entrecomillada es de su biógrafo, el maestro Agur Arredondo Torres, nativo de Tlaquiltenango) se levantó en armas el siete de febrero de 1911, y este año 2022 se cumplen 111 años de aquel grito que antecedió por un breve tiempo al Grito de Zapata proferido en el kiosco de la Villa de Ayala, donde el profesor Otilio Montaño resumió toda la lucha que vendría luego para los pueblos surianos: "¡Abajo haciendas y arriba los pueblos!".




Tepepa contaba con 70 años al tomar nuevamente las armas y acaudillar a su pueblo, y luego sería pieza fundamental en los primeros meses de lucha de los pueblos surianos. Tepepa dio el primer empujón, prendió la primera chispa que pronto sería una enorme candela, un fuego abrasador alumbrando a los pueblos del sur. López González (1980) informa de la intrepidez y la reciedumbre de un hombre que había sido testigo de cargo del despojo agrario a los pueblos durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera década del XX:
"Tepepa, a pesar de su edad, se movilizaba de un lugar a otro cumpliendo las órdenes de Zapata. El 5 de abril de 1911 fue sorprendido por tropas federales en Amayuca, pero reaccionó con tal bravura, que las derrotó y las obligó a replegarse hasta Jonacatepec, atacando a esta población durante varias horas. Días más tarde, el general Zapata comisionó a Tepepa para que se trasladara a Huamuxtitlán, en el Estado de Guerrero, acompañado del joven estudiante Juan Andrew Almazán, para activar la revolución en esa zona".
La muerte de Tepepa, su asesinato cobarde, fue realizada por el traidor Ambrosio Figueroa, el 6 de mayo de 1911, en una emboscada fingida como un convite. Así pagaban los maderistas el patriotismo de Tepepa.








Datos tomados en Y Emiliano sigue cabalgando. La Cartonera, Cuernavaca, Morelos, México, 2013. Victor Hugo Sánchez Reséndiz , y texto y fotos del libro Los compañeros de Zapata. Ediciones Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos. Valentín López González. 1980.

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Si Tzucacab fue el pueblo de la firma de aquel tratado, en Peto la cosa se recompuso. Días después de que el Cura Vela y Pat lo suscribieran...

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