sábado, 27 de febrero de 2021

Nikolai Grube y sus amigos yucatecos




Mi amigo, tocayo y colega, el historiador umanense Gilberto Uitz Pech, me comparte esta foto sumamente conmovedora, de aquellos años de formación profesional de dos amigos míos, antropólogos yucatecos. Es una fotografía del 19 de agosto de 1984, donde aparecen los, para ese entonces estudiantes de antropología en su rama de historia: José Gómez, Juan Ariel Castillo Cocom y Gilberto Uitz. Estaban acompañados por dos alumnos extranjeros de arqueología, Nikolai Grube y la inglesa Elizabeth Free. La foto fue tomada en la zona arqueológica de Hotzuc, del municipio de Umán. 
En aquellos días, transcurría en la Facultad de Antropología de la UADY, el Encuentro Internacional de Mayistas en las últimas semanas de agosto de 1984, donde un joven epigrafista, alumno todavía de arqueología de la Universidad de Hamburgo, sumamente dotado para la escritura de los jeroglíficos mayas, dio una ponencia de sus hallazgos, lecturas y reflexiones sobre la larga historia maya, que ha hechizado y arrobado a los hombres y mujeres más eruditos de la vieja Europa, desde el primer contacto entre las dos otredades, hace quinientos años. 
En ese momento tan íntimo, de amigos y cuates que gracias a la gentileza del maestro Gilberto Uitz podemos participar en el recuerdo que comparte, está cifrado esa escuela antropológica peninsular que es generosa con el mundo, que labra amistades y comparte intereses por la fascinante historia maya. Grube, amigo entrañable del maestro Gilberto Uitz y del doctor Castillo Cocom, con el tiempo se convertiría, como hemos dicho recientemente, en el incuestionable maestro de la Escuela Alemana de Mayistas.


jueves, 25 de febrero de 2021

Los perros de Washington







[De un poemario inédito mío, va este poema que escribí hace más de 15 años, y lo publico al saber que, en menos de un mes de haber tomado el control de la Casa Blanca, Joe Biden, un halconazo hasta las heces, ha dado la anuencia para bombardear al pueblo en resistencia de Siria]


Dicta la noche luceros, 
crepitaciones de antaño.
Días soleados como espalda de muchacha estival.
Dicta, impasible, rostros intangibles de las personas que yo más quiero.
Salutación al día frío de mi pueblo en la mañana invernal,
salutación al compatriota vestido con los harapos de su vida, 
salutación al son de mi pueblo asido a mí,
a mi memoria vespertina.
La desnuda luna de Chetumal sonríe acatarrada.
Hay pájaros de niebla en la mirada del mundo.
Tanques, soldados sin prepucio que fuman, blasfeman
y tiran guijarros balísticos a los niños palestinos.
¿De cuando acá un hombre, una mujer o su hijo
se cinchan la barriga con tres kilogramos de explosivos
y se hacen explotar en una plaza o centro comercial
con el fin único de liberarse de la cárcel de su hermano?
Se odian porque son del mismo padre,
raza peleonera los hijos de Abraham.




Los perros de Washington ladran al Mesías
que ha nacido ya con hambre capitalista
y que ocupa el trono blanco de Herodes Antipas,
la mitra del papa onanista
y las cadenas Tiffany del barrabás oligarca.
Los perros de Washington, amigos míos,
no saben que la luna no es pista aeronáutica 
sino un sueño islámico hondamente sentido.
Los perros de Washington olvidan todo,
su virtud es desdeñar el rostro de los otros.
Preguntaréis: “¿Y donde estás, oh justicia divina?”
Pero nadie os responderá.
En los pasillos del cielo
sólo el vacío de un dios
comparte esperanzas
con la negra noche
de todos los tiempos
de un tiempo olvidado.

Los motivos de Raimundo Chi: "Solo la guerra purificaría todas las injusticias que los blancos han cometido contra nuestro pueblo"

Si Tzucacab fue el pueblo de la firma de aquel tratado, en Peto la cosa se recompuso. Días después de que el Cura Vela y Pat lo suscribieran...

El autor de este blog

El autor de este blog