miércoles, 17 de abril de 2019

¿A qué le temen ternuritas?




Es muy difícil cambiar la mentalidad colonial y rastrera, así como los intereses creados de tantos quintanarroenses, empotrados en una especie de dictadura burocrática. Ese no es mi competencia, pero cada vez que apunto que 2019 puede ser el año de la caída de la oligarquía turística cozumeleña que ha podrido y gangrenado este estado con neoliberalismo bruto desde 1974, los corifeos y defensores de un hipotético “cambio” y de la “democracia de albarradas” (cfr., la riqueza inmoderada de los “jeques de la selva maya” y sus paniaguados, por supuesto), salen a defender este sistema cerrado, cosificado y osificado, al que consideraron abierto en el 2016. ¿Recuerdan los ternuritas del oficialismo cuando AMLO señaló, en 2015, los dos sistemas de ferris de las dos familias árabes gobernando despótica y lejanamente desde una isla de las golondrinas? Quintana Roo es un territorio conquistado desde una isla, la isla de la exclusión, de la falta de democracia y las tremendas desigualdades sociales.
Desde luego, hay que decir que el proceso de transición hacia la democracia no tiene que quedarse únicamente en la facción derechista (PRI-PAN), sino que debe enfilar su quilla siguiendo el ejemplo a nivel federal, es decir, pasar de lleno a una izquierda caribeña que, como toda izquierda, está pintada de todos los colores. ¿Quién en este estado de los Villanueva Madrid y las formas rupestres de gobernar no han sido priístas, siquiera una vez en su vida? Está el chiste que me contaba un profesor, en la universidad: en Quintana Roo, hasta los guerrilleros marxistas eran del PRI. Además, Morena Quintana Roo no se conjuga en un solo verbo, la disidencia interna tiene que cerrar filas para llevar al pueblo al Congreso local, para de ahí comenzar el saneamiento de la vida pública de este estado, más privada que en cualquier región. ¿Cuestionan las ternuritas a los candidatos de la oposición de izquierda?, ¿han cuestionado a los impresentables del oficialismo? Callados las ternuritas. ¿Han cuestionado las ternuritas que el actual gobierno estatal no ha tocado a nadie más que a dos que tres borgistas? Los que se sirvieron de la cuchara grande para la acumulación primitiva de su capital ahí siguen, algunos viviendo hasta como reinas de belleza en Belice, con servidumbre y toda la cosa.
                 Pero bueno, aquí no se trata de buscar virginidades y morales intachables en el ámbito de la política (lean a Maquiavelo, el padre de la ciencia política, por favor). Aquí tampoco se trata de perspectivas personales, se trata de reales posibilidades de remecer los muros de la exclusión y la ignominia (doblemente levantados en contra del pueblo maya) construidos por un Estado oligarca fabricado desde una isla (Cozumel) y sus familias árabes, y sin más engarce con tierra adentro que desde las correas abyectas de la servidumbre espoleadas por cacicazgos selváticos y curvateros. ¿A qué le temen ternuritas?


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