No sé que hubiera sido de mí sin sus dones poéticos, tríada perfecta.
Amo a estos grandes poetas:
un guanajuatense de Silao,
un chilango de Mixcoac
y un veracruzano de Córdoba,
mis dioses tutelares
de esta flaca y macilenta
y a veces enamorada
poesía, de estos papeles viejos
que escribo cuando me da la mala gana de escribir,
poemas de amor y de combate.
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