Versos a la muchacha
de izquierda con cuitas de amor
¿Tan mal estuvo, camarada, ese jaleo amoroso?
No importa, al diablo con ello.
Ten por seguro que
vendrán otros vientos
y otras rutas marineras
que te lleven a puertos mejores
-una barca sin remos te aguarda-
olorosos a brea, a pan cazabe
y a balleneros con historias de tierra adentro
dispuestos
a arrejuntar nubes de lluvia
por brindar contigo frente a todas las lunas sinceras de
abril
No importan esos flacos amores que no van a la radicalidad
de tu cintura:
eres, joven militante del alma,
como la muchacha ebria y como la tarde primera de todas las mañanas.
Una barca sin remos te aguarda,
esa barca no es la mía.
Una visión del Hondo
Cuando tomé el agua
milenaria del Hondo
en el Curvato
de mi mulata
dije que regresaría
un día para
revolverle los viejos
papeles al cronista del pueblo
Chetumal, la vieja Payo Obispo,
resultó ser solamente
una visión del Hondo.
Versos de aserrín
para el priista de barrio bravo
Como repartidora profesional
de la calle de las caricias
con escuela de la abuela
y aguantadora experta
de regimientos y batallones completos.
"Putas: pilares de la noche vana", dijo el viejo
poeta.
Entre el agua de curvato
y las cachazas del Hondo
se acuesta en el camastro húmedo
y es pasto enamorado
de la noche y sus logreros.
Ella no cantaba boleros.
A SERGIO WITZ, in
memoriam
Cuando surgió
la polémica nacional
por el poema de Witz
desventrando ídolos nopaleros
Y sacando pedos al ejército
y a los constitucionalistas de librea,
un poeta verraco de Chetumal,
muy querido por el priismo acedo
de esas logias baratas
de curvato y sentina,
pontificó desde su chiquero en la Uqroo:
"Es de mal gusto escribir como Witz,
así no se escribe poesía,
La poesía es un arcano de Lezama Lima,
Es una travesía para cegar ángeles,
Un verso que se quiebra en efluvios, eso no es poesía".
Y así se pasó medio semestre,
hociqueando el poeta chetumaleño
contra esa poesía más viva, más de río, más de huevos.
Hoy sé, con plena certeza, Witz,
que lo que no es poesía,
es lo que aquel poeta institucional siempre ha escrito.
Cagarrutas de mierda.
Carta del doctor
Potronilo escrita desde el Mar Caribe
para un joven escritor de su pueblo
Haz de saber, querido muchachillo que te inicias en las
cabalísticas artes de la escriturada bajo soldada, la leyenda tan mentada
chetumaleña. Cuenta la vieja leyenda cronística de estos rumbos palustres de la
patria marchita, que el único lugar donde los periodistas y los políticos del
patio se respetan, bajan la guardia y hasta se dan amigablemente de "coyazos"
como Caín y Abel, es en este viejo lugarejo donde Baco oficia sus mágicos
trabajos larvatorios. Me refiero, por supuesto, a los periodistas críticos,
porque los chayos no tienen respeto y sirven como alfombras y la hacen de focas
aplaudidoras a la menor provocación.
También, apunta la leyenda, que aquí se come buena botana
ultramarina: anchoas en salazón vikingo, tulip condimentado con pimienta fina
de la india, cacahuates yanquis, que acompañan a las cervezas más muertas del
trópico y que, si no le apuras bien al bebestible, pronto se vuelve en agua
tibia de Curvato chetumaleño.
Dice igual la leyenda, que periodista o escritor de por
estos rumbos peninsulares que se jacte de serlo y que no haya visitado tan
emblemático lugar, ese no es más que un aprendiz de escribidor, un poetita
lampiño que nunca ha salido de la crisálida de la UQRoo, un chapucero de la
pluma desconocedor de la cadencia curvatera de esta lengua palustre y hondina.
Has de saber, mi querido y valiente muchachillo...
Sunyata
Si les gusta, ¡bien!
Si no, también.
Y si les vuelve a gustar,
allá ustedes con sus pitanzas.
Si no,
a chingar a su madre que esto no es un congal
sino la mamada del arte por el arte
de mandarlos a chingar
simplemente a su madre.
Calle de las Caricias
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