Bajando del autobús de Mérida a
Peto, pedí a un “tricitaxista” que me llevara, pues traía libros y documentos.
En el trayecto, señalé que no llovió en el pueblo, pensaba que sí, porque en
buena parte del camino la lluvia estuvo dale que dale. El hombre, como de 30
años, me contestó: "Pues no, no vinieron los chakes, y eso no va a estar
bueno para los cítricos ni para la siembra..." Estas palabras
desencadenaron unas preguntas incisivas que le hice al "obrero del pedal":
que si se dedica a la milpa, o si tiene una parcela donde siembra. Me dijo que
en la "temporada alta", trabaja de cocinero en Playa del Carmen, y
que cuando no hay mucho trabajo, se regresa al pueblo y se va a “unas tierras”
donde tienen cítricos, algunas colmenas, etc, y donde siembra maíz, frijol,
calabazas, ibes, camote y yuca. Al final, justo enfrente de la puerta de mi
casa, me dijo que su ejido es el ejido Guadalupe...y mi memoria trajo a cuento
un caso que se presentó cuando la ampliación de ejidos a la villa de Peto, en
los años 70, durante el periodo de Luis Echeverría.
Por tener problemas con el
comisariado ejidal en la década de los 70, porque para esas fechas las “mencionadas
Autoridades Agrarias de Peto, desean formar un Ejido ganadero en nuestra
“Colonia””., los labriegos de la “Colonia Guadalupe” pidieron, en 1973,
que “se nos otorgue independencia
respecto del Ejido de Peto, dándole categoría de ejido a la Colonia Guadalupe y
se nos reconozca los derechos agrarios sobre dichas tierras”. Nunca obtuvieron
esa independencia, pero los labriegos lograron parar las intenciones de las
autoridades agrarias del comisariado petuleño.
En 1936 fue el inicio de la
historia de esta “Colonia Guadalupe”, pues como decían en su carta del 20 de
agosto de 1973, los campesinos de esa “Colonia”, le decían al C. Jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y
Colonización, lo siguiente:
Los suscritos campesinos de
la “Colonia Guadalupe”, ubicada en la Villa de Peto, Yucatán, México, por medio
del presente memorial acudimos ante usted en solicitud de Justicia para el caso
que inmediatamente exponemos: En el año de 1936, los campesinos de Macmay,
población del Municipio de Peto, Yucatán, nos invitaron a los campesinos que
nos encontrábamos trabajando tierras de “La Ermita”, finca ganadera de la
propiedad del señor Fernando Lara, quien nos alquilaba parte de dicha finca
mediante una renta mensual, para verificar una asamblea con el fin de que
unidos hiciéramos una solicitud de Dotación de tierras, para que dejásemos de
pagar por las tierras que cultivábamos.
Para esto, fue designado un ingeniero, quien junto con los campesinos de
Macmay y los arrendatarios de las tierras de “La Ermita” deslindaron las
tierras, y a la Ermita, con anuencia de su propietario, se le fraccionó una
franja de varios cientos de hectáreas, “que ahora venimos a enterarnos que son
2,009 hectáreas”. Estas 2009 hectáreas entraban a formar parte de las 11,850
hectáreas para el ejido de Peto, dado por Resolución presidencial el 19 de
julio de 1929. De 40 a 50 labriegos de
Macmay y ex arrendatarios de “La Ermita” las comenzaron a trabajar , y debido a que carecía de agua en dicho lugar,
los campesinos tenían que “caminar tres kilómetros y medio para conseguirla”.
Fue entonces cuando se decidió hacer un pozo para facilitarles el trabajo de
las siembras:
“En virtud de esa
circunstancia, los señores Antonio Pech, Apolonio Pech y Rufino Dzul, dieron la
idea de abrir un pozo en dicho lugar, para lo cual solicitaron previamente
autorización de las autoridades municipales y ejidal de Peto, y una vez
obtenido dicho permiso, invitaron a los campesinos que trabajábamos dichas
tierras, para ver la forma de cooperar para la realización del pozo”.
De todos los campesino, 25 cooperaron para dinamitar la laja, sacar tierra
y llegar al manto freático.
Para hacer el pozo, de
los campesinos de ese lugar, de los 40 o 50, cooperaron 25, de los cuales han
fallecido seis y se han desavecindado 4.
Una vez hecho dicho pozo, los 25 participantes decidieron nuevamente
dividir la extensión de las 2009
hectáreas, en una franja de 600 hectáreas alrededor del pozo para que 40
campesinos (25 socios fundadores y 15 más que se les agregaron, que eran hijos
de algunos de los 25 “fundadores”). Esta segunda división, se llevó en el año
de 1952. El Comisariado Ejidal y la mayoría de los ejidatarios de Peto, en
asamblea general celebrada el 10 de mayo de 1952, “acordaron solicitar de la
Delegación Agraria su apoyo para que se verifique el deslinde de la Colonia
Agrícola Guadalupe, ubicada dentro del ejido definitivo del poblado de Peto,
mandando la documentación correspondiente para que la Superioridad resuelva lo
que corresponda”. El 8 de julio de ese año, un ingeniero de la Delegación
Agraria llevó a cabo el deslinde y levantamiento topográfico de las hectáreas
para la formación de dicha “Colonia Ejidal”, con 40 socios. Las 600 hectáreas
de la Colonia, se encontraban, como es lógico, en los alrededores de dicho
pozo. Los 40 socios formaron:
[…] un comité que llamamos
Pro-embellecimiento de la Colonia Guadalupe, llamada así en honor de nuestra
Patrona, la Virgen de Guadalupe, comité que existe en la actualidad (1973), ya
reorganizado, pues desgraciadamente no contamos con la ayuda y asesoramiento de
las Autoridades Agrarias de la Villa de Peto, Yucatán, lugar donde pertenece
nuestra Colonia.”
Pero en 1973, los 40 socios de la Colonia Guadalupe, decidieron separarse
definitivamente del Comisariado Ejidal, por las supuestas razones
Se construyó un pozo en el lugar,
y cada aniversario de la fundación del pozo, los labriegos hacían ceremonias
agrícolas (las "primicias", el chachac) para conmemorar un año de ser
independientes del ejido de Peto. Los labriegos del "ejido Guadalupe"
dividieron sus 500 hectáreas de terrenos ejidales, y aunque no se separaron
jurídicamente (imposible por ser resolución presidencial), han trabajado su
tierra de forma autónoma como una especie de ranchería, y así siguen, hasta la
fecha.
Yo creía que eso era cosa del
pasado, pero de la plática entre emocionada de mi parte, y el asombro y extrañeza
de Armando Tziu (ese es el nombre del tricitaxista que me sintetizaba la
historia agraria de su "ejido") al ver que le enseñaba las
transcripciones de unos documentos que
le atañen a él, a los suyos y a la memoria de sus "bisabuelos",
Armando me dijo que "el domingo viene mi tío a verlo para platicar con
usted..." Yo le dije: mejor quitémosle el cansancio a tu tío, y yo me
presento a su casa..." Quedamos que Armando le preguntaría a su tío y a los demás miembros del grupo de
descendientes de los antiguos labriegos que en 1936 decidieron separarse del
ejido de Peto y formar uno nuevo, si era posible una plática para conocer la
historia oral de la "Colonia Guadalupe".
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